14 nov 2009

Música que provoca los mismos efectos que las drogas


La tecnología ha estado al servicio de muchas causas aunque, sin duda, esta va a desatar polémica.
I-Doser es un programa que busca recrear mediante sonidos los efectos que tienen en el cuerpo ciertas drogas. El dispositivo, que se vende a través de un sitio de Internet, que funciona a través de ondas binaurales emitidas por frecuencias dice estimular ciertas zonas del cerebro donde actúan algunas de las drogas más conocidas.
El sistema permite "consumir" dosis de sustancias prohibidas a través de los oídos. Así, escuchar opio genera una sensación de euforia, seguida de una calma sedante, y 15 minutos de marihuana bastan para lograr una mejor apreciación musical. Por su parte, la cocaína sonora al parecer mejoraría la concentración.

Para que funcione sus creadores recomendaron hacerlo en un ambiente tranquilo, con los ojos cerrados y utilizando auriculares .
3 dólares cuesta bajar las “drogas virtuales” 
"No podía creer que esta cosa funcionara. En los primeros minutos me preguntaba qué era ese ruido, pero al rato empecé a sentirme extraño. Más tarde, fui a entrenar tenis de mesa y me sentía el mejor jugador", detalló un usuario de este extraña droga musical llamado Tijs. Ahora bien, ¿es esto posible? 
“Ante ciertos sonidos el cerebro se predispone a generar determinadas sustancias en el organismo, como endorfinas –que generan placer- o cortisol –causante de estrés- explicó a la musicoterapeuta Cecilia Di Prinzio aunque, si bien desconfía de la efectividad de I-Doser, tampoco desestima que algo de esto pueda existir.
“El cuerpo humano es sonoro, todos los sonidos repercuten en el organismo”
“Responde mucho a la lógica del neruomarketing donde, por ejemplo, se estudia que escuchar cierta música fomenta las ganas de comprar. Por mi experiencia no considero que algo estandarizado pueda generar esos efectos porque los resultados de la música en el organismo responden a experiencias personales”
Igualmente la especialista que trabaja en el Hospital de Clínicas, invitó a reflexionar sobre la finalidad de este invento: ¿Apunta a que la gente no se drogue y escuche música? ¿A evitar los efectos nocivos de las sustancias pero conservar las sensaciones que producen? ¿A legalizar su uso? Por ahora, habrá que esperar.